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Mensaje de Navidad de Su Santidad el Patriarca Mor Ignacio Efrén II

 

Nuestros hijos espirituales en Cristo,

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con cada uno de ustedes.

 

 “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz»."

(Isaías 9: 5)

 

Que la gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con cada uno de ustedes.

 

Mientras nos preparamos para la celebración del Nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, una vez más recordamos la realidad de nuestro mundo quebrantado.  La disminución de la fe de muchos, que lleva a la negación de la existencia de Dios, ofrece un camino fácil hacia la autodestrucción.  El hombre se está alejando de Dios, distorsionando así la imagen de Dios según la cual fue creado, al rechazar la obra de Dios en su vida.  En consecuencia, el hombre trata injustamente a sus semejantes, maltrata a las criaturas que Dios le ha confiado, daña la tierra y corrompe la naturaleza.

 

A pesar de la distancia de la humanidad de Dios, Dios prometió la salvación a la humanidad, como se expresa a través de las palabras del profeta Isaías.

La Sagrada Escritura define la forma de relación entre la humanidad y Dios a través de nuestro Señor Jesucristo.  A través de Su nacimiento milagroso, nos dio la autoridad de ser llamados “hijos de Dios” y abrió la puerta de la adopción que había estado cerrada debido al pecado.  En su carta a los Romanos, San Pablo escribe: “Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios Abba-Padre.

El mismo espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:15-16).

 

El Nacimiento de Cristo es el mensaje continuo de Dios de amor desinteresado por la humanidad y una invitación a una vida nueva y mejor a través del sacrificio de la cruz.  Por lo tanto, el nacimiento del Señor Jesús se ha convertido en un signo fundamental en la historia de la humanidad que se había extraviado.  A través de Su nacimiento, el Admirable (Isaías 9: 6) ha unido maravillosamente a la raza humana dispersa, Yeshua (Dios salva) (Mateo 1: 21) ha salvado a Su pueblo de sus pecados.

 

El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo es una proclamación de esperanza renovada y duradera para toda la humanidad en la tierra, especialmente en Oriente, una región que ha sido aplastada por tragedias existenciales como desastres, crisis económicas, guerras devastadoras y opresivas, que revelan la dureza de las personas y su alejamiento de Dios.  Que esta Navidad sea una invitación para que todas las naciones y gobiernos pongan fin a la injusticia y la tiranía en nuestro atormentado Oriente, incluidos Siria, el Líbano, Irak y la herida Palestina, que actualmente presencia una tragedia humanitaria que debería sacudir la conciencia de todo ser humano.

 

Amados,

 Extendemos a todos ustedes nuestras más cordiales felicitaciones y bendiciones en esta ocasión del Nacimiento del Señor Jesús, Su encarnación en la carne y el inicio del nuevo año 2024. Oramos para que el Niño del pesebre traiga bendiciones a cada uno de ustedes, concediendo paz al mundo entero, consuelo a los cansados, curación a los enfermos, alivio a los afligidos y a los que tienen el corazón quebrantado, y misericordia y descanso a todos los fieles difuntos.

Deseándoles a todos un Feliz y Próspero Año Nuevo.

 

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