El cuarto domingo después de la San Epifanía.
Marcos 6,1-6
[1]Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
[2]Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: «¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
[3]¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?». Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
[4]Por eso les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa».
[5]Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
[6]Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.
Feliz y Bendito domingo