El cuatro domingo después de la Santa Cruz.
Mateo 12,5-16
[5]¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
[6]Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
[7]Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
[8]Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado».
[9]De allí, Jesús fue a la sinagoga de los fariseos,
[10]donde se encontraba un hombre que tenía una mano paralizada. Para poder acusarlo, ellos le preguntaron: «¿Está permitido curar en sábado?».
[11]Él les dijo: «¿Quién de ustedes, si tiene una sola oveja y esta cae a un pozo en sábado, no la va a sacar?
[12]¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer una buena acción en sábado».
[13]Entonces dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió, y la mano enferma quedó tan sana como la otra.
[14]En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
[15]Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
[16]Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer.
Feliz y Bendito domingo.