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Mensaje de S.S. Ignacio Efrén II, Patri Mensaje de S.S. Ignacio Efrén II, Patriarca de Antioquí­a y todo Oriente, Jefe Supremo de la Iglesia Ortodoxa Siriana Universal, tras la reunión con representantes de las iglesias de Mosul. Residencia Patriarcal, Atchaneh - Bikfaya - Lí­bano, 23 de julio 2014. Nuestro pueblo y amados fieles en Irak, nuestros fieles desplazados de Mosul, Estimados asistentes: Los incidentes, que han tenido lugar desde que el "Estado Islámico de Irak y Siria" (ISIS) tomó el control de una querida región de Irak, que es cuna de la humanidad y cuna de nuestra civilización, se consideran actos bárbaros y sin precedentes en la historia de las relaciones cristiano-musulmanas en esta región. ISIS obligó sistemáticamente a los cristianos y a algunos musulmanes a salir de la ciudad de Mosul, etiquetándolos con signos y sí­mbolos, humillantes y racistas. Por lo tanto, condenamos enérgicamente estos actos, y afirmamos que este tipo de acciones y esta práctica del Islam no representan el Islam que hemos conocido durante más de trece siglos. Este tipo de Islam no venera los textos religiosos, ni las relaciones humanas. Por lo tanto, hacemos un llamado a nuestros vecinos musulmanes y sus lí­deres a tomar una postura clara en contra de estas acciones y este fenómeno que contradice el texto coránico. Al mismo tiempo, estamos asombrados por el silencio de la mayorí­a de los lí­deres religiosos musulmanes y dignatarios civiles con respecto a lo que ha venido sucediendo en Mosul. El desplazamiento forzado de nuestro pueblo, la toma de nuestras iglesias, la destrucción de nuestros lugares sagrados, y el robo de las propiedades y el futuro de nuestro pueblo, no nos impedirá el cumplimiento de nuestra misión en esta querida tierra. Esta injusticia, que está en contra de las leyes divinas y humanas, no nos va a obligar a pedir protección occidental o ayuda. No es por miedo o por debilidad, sino porque creemos que somos la sal de esta tierra y los testigos de la Resurrección hasta la eternidad. Sin embargo, solicitamos que nuestros compatriotas sean fieles a nuestros valores religiosos, culturales y humanos comunes, y que apoyen y refuercen la presencia cristiana en esta parte del mundo. Declaraciones de solidaridad no son suficientes, deberí­an estar en contra y dejar de apoyar a los que suministran armas y financian ISIS y organizaciones similares. Tarde o temprano, tales actos fanáticos seguramente se volverán en contra de aquellos que los inducen. Por otra parte, declaramos que vamos a solicitar a las Naciones Unidas y los principales foros internacionales de Derechos Humanos que rindan cuentas de la Declaración de Derechos que dicen apoyar. Les pediremos respetar la Declaración de Derechos, sin selectividad ni discriminación por motivos de nacionalidad o identidad social. Insistimos en que lo que se ha infligido a nuestro pueblo en Mosul es un crimen de guerra. El desplazamiento forzado, sobre la base de la creencia religiosa, ya sea el islam o el cristianismo, es un crimen contra la humanidad y requiere castigo. A pesar de lo que está pasando, queremos ver a nuestro amado Iraq unido y abrazando a todos sus integrantes y dándoles sus derechos. Exigimos al gobierno iraquí­ proteger los derechos de los cristianos a permanecer en su tierra y vivir con dignidad. Por otra parte, pedimos a nuestros compatriotas kurdos trabajar con nosotros para proteger la presencia cristiana con el fin de preservar la diversidad histórica y cultural de la región. Por otro lado, decimos a nuestro pueblo en Mosul, Ní­nive llanura e Irak en general: vamos a hacer todo lo posible, utilizando todos los medios, para ofrecerle lo necesario para tener una vida digna, a través de nuestros hijos fieles en Oriente y de nuestras relaciones internacionales, en un intento de ayudarle a permanecer en la tierra de sus padres y antepasados. También vamos a apelar para la recuperación de sus pertenencias y propiedades. Por último, estamos trabajando para convocar una reunión urgente en breve con nuestros hermanos los Patriarcas de Oriente para discutir y tomar decisiones sobre lo que ha sucedido en Mosul y lo que está sucediendo a los cristianos de Oriente. Vamos a formar una delegación cristiana de Oriente para llevar esta causa ante las Naciones Unidas y con otras plataformas internacionales que se consideren necesarias. Damos las gracias a Sus Eminencias y Excelencias representantes de la Iglesia Siriana Católica, de la Iglesia Caldea y de la Iglesia Asiria de Oriente, al Secretario General del Consejo de Iglesias de Oriente Medio y al Embajador de Irak en el Lí­bano, por haber aceptado nuestra invitación y por su presencia aquí­ para consultar con nosotros y trabajar juntos por el interés común de nuestros pueblos que sufren en Mosul. Gracias. También queremos agradecer a la prensa y los periodistas que respondieron positivamente a nuestra invitación.

 

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